jueves, 18 de septiembre de 2014

Libertad de expresión y pensamientos...

   La humanidad presente no sabe coexistir, se ha relajado y claramente vive al borde del abismo. Demandamos la felicidad en los demás y no, ¡No hay amigos!
    Si continuamos con la consciencia obstruida, de ninguna manera saldrá  el «Yo mismo» Sujetando el poderío en nuestras manos, que entrega  sentido a la incoherencia y el propio carácter… La gran indiferencia que existe entre las personas hace que  surja la superficialidad.  Sin duda entre reflexionar y conmoverse, hay una gran diferencia. Porque la mayoría dan importancia a lo que no es, olvidándose de las inquietudes  interiores.
    El destello del corazón, da sentido  a cualquier personalidad y es suficiente para reducir cualquiera de nuestras  debilidades.
    Bien claro está que la mente lo iguala todo, pero mientras se vive la clave está en nuestra psique, la cual no puede  ser destruida, ni caer en la nada. Soy una persona que trato de  entender la vida, de ahí que no me gusten los silencios y la tristeza. Porque entiendo que si te pierdes entre divagaciones, cada vez que quieras dar un paso adelante  otro lo dará primero.
    Al mismo tiempo pienso que si frustrando mis ideas y enterrándolas sin que vean  la luz.
    Digo enérgicamente  que, ¡No! Que prefiero vagabundear en mis pensamientos… y que además: no los quiero ni ordenar…
    No tenemos que poner filtros ni frenos a nuestros pensamientos, pues sencillamente son nuestra esencia y lo que guardamos en nuestro interior.

    Y, que en ellos se hallan todas las respuestas que necesitamos para evolucionar y desarrollarnos como seres humanos: Otra cosa  muy diferente es que estos sean compartidos públicamente.



 © ®Francisco Izquierdo Herrero

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