La
humanidad presente no sabe coexistir, se ha relajado y claramente vive al borde
del abismo. Demandamos la felicidad en los demás y no, ¡No hay amigos!
Si continuamos con la consciencia
obstruida, de ninguna manera saldrá el «Yo
mismo» Sujetando el poderío en nuestras manos, que entrega sentido a la incoherencia y el propio
carácter… La gran indiferencia que existe entre las personas hace que surja la superficialidad. Sin duda entre reflexionar y conmoverse, hay
una gran diferencia. Porque la mayoría dan importancia a lo que no es, olvidándose
de las inquietudes interiores.
El destello del corazón, da sentido a cualquier personalidad y es suficiente para
reducir cualquiera de nuestras
debilidades.
Bien claro está que la mente lo iguala
todo, pero mientras se vive la clave está en nuestra psique, la cual no
puede ser destruida, ni caer en la nada.
Soy una persona que trato de entender la
vida, de ahí que no me gusten los silencios y la tristeza. Porque entiendo que
si te pierdes entre divagaciones, cada vez que quieras dar un paso
adelante otro lo dará primero.
Al mismo tiempo pienso que si frustrando
mis ideas y enterrándolas sin que vean
la luz.
Digo enérgicamente que, ¡No! Que prefiero vagabundear en mis
pensamientos… y que además: no los quiero ni ordenar…
No tenemos que poner
filtros ni frenos a nuestros pensamientos, pues sencillamente son nuestra
esencia y lo que guardamos en nuestro interior.
Y, que en ellos se hallan todas las
respuestas que necesitamos para evolucionar y desarrollarnos como seres
humanos: Otra cosa muy diferente es que estos
sean compartidos públicamente.
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